La agricultura Aljarafeña: Olivar,del siglo XVIII
" Los olivares son hermosísimos y dan aceitunas tan grandes que confieso no haberlas visto iguales en ninguna parte del mundo"
Andrés Navagero (1483-1529 )
Andrés Navagero fue un escritor y diplomático italiano,cronista oficial de la república veneciana, que estuvo en España como embajador al lado de Carlos I, situación que le permitió recorrer y anotar, en lo que luego serían relatos de sus viajes,aspectos esenciales y significativos de la vida española.
HACIENDA CERERO
Ubicada en el casco urbano de Sanlúcar la Mayor, la Hacienda Cerero se encuadra dentro de los ejemplos característicos de haciendas sevillanas de olivar del siglo XVIII. Construida en torno a 1760, sobre un núcleo más antiguo del siglo XV, conserva en su interior un molino de prensa de viga y quintal, asombroso ejemplo de tecnología preindustrial de producción de aceite , que ha estado en uso hasta los años 60 del s.XX a pesar de la aparición de la prensa hidráulica .Un interesante ejemplo, es el molino de aceite de la Hacienda Cerero de nuestra localidad, que como pueden apreciar en las imágenes se conserva aún en ese estado que ven.
El nombre de la Hacienda “ Cerero “ procede de su antiguo propietario, un personaje relevante que a continuación describimos.
José Cerero de Rivera nacido en Sanlúcar la Mayor en 1754, vivía en Cadiz, dedicado a las tareas mercantiles, desempeñó el cargo de director gerente de la compañía de seguros Brockman y Sobrinos, dedicada a la exportación e importación de mercancías entre América y Europa. Fue diputado por la provincia de Cádiz en la Cortes Generales Y Extraordinarias ( 1810-1813 ). Juró su cargo el 24 de septiembre de 1810, solamente tuvo una intervención parlamentaria, y fue uno de los firmantes de la Constitución de 1812 conocida popularmente como La Pepa.
En la actualidad, la Hacienda es propiedad de una conocida y relacionada familia de Sanlúcar la Mayor.
Durante los siglos XVI Y XVII,el cultivo de la vid, que ya había conocido un notable crecimiento durante la baja edad media, experimentó un notable incremento en su extensión y producción.A la buena calidad de los vinos y mostos aljarafeños, muy demandados en el mercado indiano, se unía una mayor rentabilidad inmediata de este cultivo con respecto a otros ,especialmente el olivo, cuya producción presentaba una mayor variabilidad de un año para otro, llegando a ser preocupante el desespe de olivos a lo largo de estos siglos.
Esta situación comenzó a preocupar a las autoridades sevillanas que veían cómo disminuían el diezmo y alcabala del aceite,base de estas rentas que alcanzaba y que representaba más de diez millones de maravedís anuales.
A principios del siglo XVIII la corona tomó cartas en el asunto y , mediante una Real Provisión, prohibió el descepe de los olivos de Sevilla y su Aljarafe.No obstante, a pesar de este incremento de la vid, el olivo siguió siendo la principal"alhaja" del Aljarafe, más por su importancia ( rentabilidad ) que por su extensión, no dejando de ser por ello el elemento más característico y definitorio de las diferentes descripciones que escritores, diplomáticos y viajeros hacían de esta tierra.
Las tareas y técnicas agrícolas en el olivar seguían siendo las tradicionales:arado,enmarojado y desbrozo de los pies de olivo,faenas éstas que seguían a la recogida de la aceituna, con objeto de dejar preparado los olivos para su nueva floración.
El aceite era la base económica fundamental del rendimiento olivarero. Ya desde época romana el aceite de esta zona alcanzó notable fama en todo el Imperio, aplicándose además de para fines alimenticios ( sin duda el que dio más fama),como jabón,farmacopea y otros muchos.
En Sanlúcar la Mayor la actividad aceitera se remonta a la antigüedad, y a lo largo de toda su historia ha constituido su principal actividad económica,( Sanlúcar de Alpechín<>periodo de dominación musulmana ).Aunque hoy ha desaparecido por completo tras el cierre de los últimos molinos hace apenas unos años.El aceite se transportaba a Sevilla en tinajas de barro,cargadas a lomo de mulas y carros,donde el cargamento era sometido a la fiscalización,cobranza y administración de la renta del aceite,que la Corona se había reservado desde los años de la Conquista de Sevilla (1248)
También merece destacarse el preparado de la aceituna para el consumo directo, conociéndose desde muy antiguo las diferentes variante que aún hoy se mantienen en muchas casas aljarafeñas. Sobre este punto, el historiador Antonio Herrera ha recogido en su obra El Aljarafe sevillano durante el Antiguo Régimen un texto muy curioso y significativo del hispano-musulmán Abu Zacaría,en el que recogen diferentes modos de preparar la aceituna,en nada diferente a como lo hacemos actualmente.
"Se parte con piedra lisa o palo, y éstas se llaman partidas; a otras se hacen tres rajas en largo y son llamadas abiertas, y otras se dejan enteras; y también son buenas las negras sazonadas, llamadas maduras,todas las cuales para poderse comer han de haber perdido su amargor por medio de agua."
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